Multa por exceso de velocidad.

Un conductor tenía prisa por llegar a una reunión de negocios y empieza a acelerar por la autopista, sintiéndose seguro en una flota de coches que viajan a la misma velocidad.
Sin embargo, al pasar un control de velocidad, fue sorprendido con un detector de velocidad por infrarrojos y escuchó el sonido de una sirena y luces intermitentes.
Maldiciendo su suerte, el hombre supo inmediatamente lo que se avecinaba, por lo que redujo la velocidad y se detuvo.

El policía de tráfico se bajó del coche, con mucha calma, y se acercó al coche del hombre.

Le entregó la multa por exceso de velocidad, escribió su firma y estaba a punto de marcharse cuando el hombre le preguntó

«Agente, sé que iba con exceso de velocidad, pero no me parece justo; había muchos otros coches a mi alrededor que iban tan rápido como yo, ¿por qué sólo me ha puesto una multa?».

El policía le preguntó: «¿Has ido alguna vez a pescar?

«Ummm, sí…», respondió el conductor sorprendido.

El agente sonrió y añadió

«¿Ha cogido usted todos los peces?